Recuerdos.
Formando parte de unos mismo desde que nacemos.
Dulce.
A
veces preferiría cambiarlo todo y que nada fuera como es.
Me
levanté de la cama, y vi que
como otra mañana otro chico estaba a mi lado, desnudo. Odiaba todo esto, pero
era la única forma de poder ganar dinero.
Salí
de mi habitación y vi que mi hermano estaba viendo la televisión mientras se
tomaba una birra, me repateaba que me mandara hacer todo esto mientras él no
hacía nada y yo mientras cogía fama de facilona… cuando en lugar de eso, yo
hacía lo que hacía porque mi hermano decía que eso era lo que yo debía hacer.
-Dulce
-me dijo mi hermano serio -deberías de sonreír más mientras los traes- dijo
mientras se levantaba y cogía mi dinero y se lo guardaba en el bolsillo.
-Estoy
cansada de todo esto.
-Yo
estoy cansado también de muchas cosas,-dijo serio.-pero es ley de vida. ¿no
crees? Ahora ve a ducharte que apestas.
Me
metí en la ducha y mientras me enjabonaba recordaba la primera vez que perdí la
virginidad.
Estaba en la
discoteca con mi hermano y con sus amigos, y el trapicheo de las drogas se le
había ido a mi hermano de las manos.
-Dulce. No nos dan
más tiempo para conseguir el dinero.
-Te dije que no me gustaba este
mundo -dije tristemente.
-Pero dicen que si te
acuestas con él que nos lo perdonan. Sabes que si no fuera importante no te
metería en todo esto.
-Pero…yo no lo he
hecho nunca -dije titubeando.
-Que sepas que te quiero.-dijo
mientras me daba un beso en la frente.
Lo vi alejarse de mí dándome la oportunidad de elegir
y cuando ya creí que nada podía hacer, empecé a correr.
-Espera.-dije
mientras lo sujetaba del brazo.-Lo haré.
Natalia.
Me apoyé en la moto de lucas y esperé a que viniera
mientras cantaba y me balanceaba de un lado a otro.
-¡Bum, bum, tata bum, la la bum! Na na, la la…-y seguí
tarareando sin darme cuenta hasta al cabo de un rato de que Lucas estaba tras
de mí. Me giré y me mostraba una sonrisa de oreja a oreja, le devolví la
sonrisa.- ¿Te vienes a comer?
-Móntate -dijo señalando la moto.
-¿No quieres ir en coche?- dije señalando el descapotable.
-No sabía que tuvieras coche -dijo sonriendo.
-Hay muchas cosas de mí que no sabes -dije sonriente.
-Pues en ese caso… me gustaría conocer más cosas de ti.
-Demuéstrame que vale la pena mostrarte mi verdadero
ser -dije mientras que le daba la espalda y me montaba en el coche.
Oh, pobre Dulce... ¡Me dan unas ganas de matarlos a Lucas y a todos esos amigos estúpidos que tiene! Yo que Natalia, en cuanto puedo lo aporreo a Lucas.
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